En Londres, Quinn, un niño de doce años, despierta sin querer a un enorme dragón de su letargo de siglos. Veinte años más tarde, pueden apreciarse las devastadoras consecuencias del paso de la bestia y de sus vástagos por todo el planeta. Los dragones son seres extremadamente inteligentes que no tienen ninguna intención de compartir la Tierra con los seres humanos. Quinn (Christian Bale) es ahora Jefe de Bomberos. Su trabajo consiste en mantener alejadas a las bestias para garantizar la supervivencia de una pequeña población. En medio de este caos aparece Van Zan (Matthew McConaughey), un norteamericano que asegura saber cómo acabar con los dragones y salvar a la humanidad.
Resulta escandaloso que Matthew McConaughey y Christian Bale hayan tenido que esperar a estos últimos años para ganar sus Oscars estando ahí El Imperio del Fuego… Bueno, puede ahí nos hemos pasado un poco de la ralla, pero lo cierto es que la película que Rob Bowman nos ofrecía en el año 2002 bien merece una revisión.
Unas obras en Londres despiertan a un temible dragón en estado de buena esperanza. La criatura y sus vástagos arrasan el mundo entero, pero nuestro dos protagonistas son más peligrosos que las hordas de bicharracos. ¡¿Cómo podéis no acordaros de ella?! Acción a raudales en un filme facturado por un director al que convencieron de que no era bueno. El mensaje le caló tanto que su siguiente trabajo sería Elektra, la última de sus cintas como director. Dadle una oportunidad, porque durante los 100 minutos de El imperio del fuego te lo pasas en grande.
Es bueno que reconozcan cuando se pasan de la “ralla”…