Necesitábamos un golpe de timón y eso es lo que estábamos viviendo. Tras un 2016 absolutamente desastroso, parecía que las grandes compañías habían captado el mensaje: Ya no era suficiente con lanzar una y otra superproducción con el piloto automático puesto. Los innumerables fracasos económicos y creativos del pasado curso suponían un toque de atención que muchos entendían claramente. Así, los primeros meses de este 2017 nos dejaba blockbusters tan finos como Logan, Kong: Skull Island o Guardianes de la Galaxia Vol. 2.
Sin embargo, parece que hemos vuelto a las andadas. En las últimas semanas estamos asistiendo con estupor a la llegada de patinazos tan sonoros como los de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar o La Momia. Pese a resultados económicos más que decentes, ambas cintas demostraban qu lo de la pereza creativa sigue siendo un mal a erradicar. De hecho, pese a no haberse estrenado todavía en nuestro país, filmes como Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur o Los Vigilantes de la Playa han generado similares reflexiones.
Todavía hay tiempo para que el verano demuestre que hemos aprendido la lección. De lo contrario, el sabio y soberano público volverá a repartir sonoros bofetones entre las incontables superproducciones que nos llegarán este verano.