Nota: 8
Menos es más. Cuando tienes un material de partida tan potente como el ofrecido por las viñetas de DC, era imperdonable comprobar como, sistemáticamente, cada una de las películas de su universo cinematográfico resultaba una auténtica chufa. La sombra de Christopher Nolan y su trilogía de Batman estaba resultando demasiado alargada, hasta el punto de que las cintas de Dc no sabían si apostar por la profundidad, por la oscuridad o por el mero espectáculo.
Resulta curioso como en esto del cine todo suele encontrar su solución en un término bastante obvio: Talento. Como Wonder Woman no era uno de esos personajes archiconocidos por el gran público y llamados a dignificar el cine de superhéroes, parece que Waner decidía darle carta libre a una mujer llamada Patty Jenkins y que, en un alarde de audacia con pocos precedentes, se ha marcado una película impecable.
¿Pretende Wonder Woman reinventar el cine de superhéroes? Pues nada más lejos de la realidad. La directora ha decidido que Gal Gadot no debe ir por el mundo atribulada ni con traumas profundos. Es una mujer bondadosa, cargada de buenas intenciones y con un poder alucinante. Con esa configuración de personaje se aborda una historia de aventuras a la que la palabra “divertida” se le viene corta. Casi todo el tiempo nos sentimos ante uno de esos filmes de aventuras cargados de encanto y que nos lo hacen pasar en grande. No hay que buscar la complejidad de Nolan, pero tampoco perderse en la simpleza de Escuadrón Suicida o en el estruendoso empalago audiovisual de El Hombre de Acero. Buscando el equilibrio en cada uno de los elementos se puede facturar una cinta sensacional.
Siempre es bonito encontrarse con una superproducción desarrollada sin temores. Parece que el espíritu imperante en la película era el mismo que empujó a los creativos de los 80 a regalarnos cintas como Los Goonies , Indiana Jones o Regreso al futuro. Sobre el papel, Wonder Woman tenía que ser la encargada de elevar a los altares al universo cinematográfico DC. Ese rol parecía reservado a Batman y Superman. Sin embargo, Gal Gadot y Patty Jenkins se han encargado de dignificar el género de superhéroes de una forma poco habitual. Un aplauso por recordarnos lo que es salir del cine con la sensación de haberlo pasado en grande.
Héctor Fernández Cachón