Argumento: Jerry (William H. Macy) es un auténtico perdedor. Un hombre apocado y absolutamente carente de personalidad , que vive sometido a su esposa, hija de un millonario. Un día, harto de no poder disponer de la fortuna de su suegro, Jerry decide trazar un plan para conseguir una buena cantidad de dinero y de paso dar un buen escarmiento a su mujer y a su suegro. La idea de Jerry es contratar a un par de delincuentes comunes para que secuestren a su mujer y pidan un cuantioso rescate a su padre. Luego se repartirán el dinero a partes iguales.
Lo que pasa es que si a la ineptitud de Jerry le sumamos la de los secuestradores Carl y Gaear (Steve Buscemi y Peter Stormare) el plan solo puede acabar en desastre. Una serie de catastróficas desdichas van complicando poco a poco un plan que parecía sencillo. Una serie de asesinatos que no estaban en el guión previsto provocarán la intervención de la policía o, más concretamente de la cándida oficial Marge (Frances McDormand). Todo lo que pueda salir mal lo hará con los austeros y helados parajes de la localidad de “Fargo” como telón de fondo.
¿Por qué tengo que verla?: Hablar del techo creativo de los hermanos Coen es algo muy arriesgado. Nos encontramos ante una pareja de creativos que, pese a contar en sus filmografías con obras mejores y peores (como cualquiera), llevan treinta años a pleno nivel. Se hace necesario apuntar este dato, ya que los autores de “Muerte entre las flores”, “El gran Lebowski”, “No es país para viejos” o “Valor de ley” (entre otras muchas) probablemente todavía puedan sacarse de la manga su mejor obra. En todo caso, hasta el momento nosotros nos quedamos con la inclasificable “Fargo”. Los parajes blancos de la ciudad de Minessotta se convierten en el telón de fondo ideal para que los Coen apliquen su ley.
La historia se lleva con el descaro propio de unos creativos de estilo incomparable. La brillantez de cada letra que sale de sus plumas es solo comparable con la habilidad y personalidad que muestran en la puesta en escena. Capaces de mostrar una crueldad sobrecogedora y una comicidad arrolladora con una diferencia de menos de dos minutos, los hermanos Coen componen el gran poema de sus carreras a base de cuidar cada pequeño detalle o matiz. Y si a todos estos elementos le añadimos a un puñado de intérpretes (Macy, McDormand, Buscemi y Stormare) en estado de gracia, interpretando a unos personajes impecablemente diseñados el resultado solo puede ser esta maravilla. Oda a la estupidez humana. Larga vida a “Fargo”.
La secuencia: Si una secuencia es representativa de lo que “Fargo” significa, esa es la que prácticamente cierra la trama. En el momento en cuestión, la oficial Marge se dispone a detener a un personaje que está, nada más y nada menos que deshaciéndose de un cadáver en una trituradora de madera. La situación resulta brillantemente surrealista al más puro estilo de los Coen. Todos los ingredientes marca de la casa en un solo minuto.