5. Logan: El ocaso del superhéroe. La despedida de Hugh Jackman y su Lobezno se producía de la manera más melancólica posible, con una cinta calificable como película de superhéroes crepuscular. Sin sus poderes, por primera vez, Wolverine es verdaderamente vulnerable. Después de una vida de dolor y angustia, sin rumbo y perdido en el mundo donde los X-Men son leyenda, su mentor Charles Xavier lo convence de asumir una última misión: proteger a una joven que será la única esperanza para la raza mutante…
6. Kong: La isla calavera: Cuando apuestas por tipos con tantísimo talento como Jordan Vogt-Roberts (Los reyes del verano) y les das vía libre, lo normal es que te salga la superproducción más gamberra que hemos visto en muchísimo tiempo. En los años 70, un variopinto grupo de exploradores y soldados es reclutado para viajar a una misteriosa isla del Pacífico. Entre ellos están el capitán James Conrad (Tom Hiddleston), el teniente coronel Packard (Samuel L. Jackson) y una fotoperiodista (Brie Larson). Pero al adentrarse en esta bella pero traicionera isla, los exploradores encontrarán algo absolutamente sorprendente. Sin saberlo, estarán invadiendo los dominios del mítico Kong, el gigante gorila rey de esta isla. Será Marlow (John C. Reilly), un peculiar habitante del lugar, quien les enseñe los secretos de Isla Calavera, además del resto de seres monstruosos que la habitan.
7. Crudo: El canibalísmo como excusa para hablar de un millón y medio de cosas. Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todos son veterinarios y vegetarianos. Es una estudiante brillante y prometedora, pero al ingresar en la facultad de veterinaria descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Durante la primera semana, obsesionada por encajar con sus compañeros de clase, se aleja de los principios que le han inculcado su familia, y come carne cruda por primera vez. Las consecuencias no tardan en llegar, y la joven empezará a desvelar su verdadera naturaleza.
8. John Wick: Pacto de Sangre: La mejor noticia para el más puro cine de acción llegaba allá por 2014 con un Keanu Reeves que resucitaba en su mejor versión. La obra parecía inmejorable hasta que nos encontramos con una segunda entrega superior a la cinta original. Torbellino de acción e ingenio en un filme impecable y disfrutable hasta la extenuación. El legendario asesino John Wick (Keanu Reeves) se ve obligado a salir del retiro por un ex-asociado que planea obtener el control de un misterioso grupo internacional de asesinos. Obligado a ayudarlo por un juramento de sangre, John emprende un viaje a Roma lleno de adrenalina estremecedora para pelear contra los asesinos más peligrosos del mundo.