9. Guardianes de la Galaxia Vol. 2: Cuando parecía imposible estar a la altura de la primera entrega, va James Gunn y se marca otro peliculón. Continúan las aventuras del equipo en su travesía por los confines del cosmos. Los Guardianes deberán luchar para mantener unida a su nueva familia mientras intentan resolver el misterio de los verdaderos orígenes de Peter Quill. Lo que pasa es que los temas de filiación de nuestro querido Star-Lord son mucho más chungos de lo que ninguno podríamos imaginar…
10. Déjame Salir: El gran fenómeno del cine de terror de los último años llegaba a nuestras carteleras precedido por una descomunal fama lograda en todo el planeta. Lo que no imaginábamos es que nos íbamos a encontrar un filme tan audaz y tan capaz de ir destruyendo nuestro y nervios. Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento “demasiado” complaciente de los padres se debe a su nerviosismo por la relación interracial de su hija, pero a medida que pasan las horas, una serie de descubrimientos cada vez más inquietantes le llevan a descubrir una verdad inimaginable.
11. Goodbye Berlín: Sobre el papel, parece que oír que una comedia con espíritu de road movie llega desde Alemania ya supone sinónimo de aburrimiento. Nada más lejos de la realidad, ya que lo que vivimos en el filme son 90 minutos mágicos, como aquellos que nos ofrecía la sensacional Las ventajas de ser un marginado. Es difícil ser más divertida y más encantadora que Goodbye Berlín. Esa sonrisa constante y el regusto de cine del bueno que nos deja el filme no se paga con dinero.
12. Verano 1993: Carla Simón es una mujer que acaba de hacer su primer largometraje y, muy probablemente, el mejor de cuantos se han facturado en nuestro país en los últimos años. Decir que estamos ante una cinta brillante se antoja quedarse cortos, ya que la humanidad y la sutileza del filme no admite comparación. Frida (Laia Artigas), una niña de seis años, afronta el primer verano de su vida con su nueva familia adoptiva tras la muerte de su madre. Lejos de su entorno cercano, en pleno campo, la niña deberá adaptarse a su nueva vida.