Como esta sección está fuera del horario infantil podemos decirlo sin miedo: Buñuel los tenía bien puestos. Nos explicamos. En el mundo del cine existen grandes directores y otros menos grandes. Entre los primeros, algunos arriesgan, otros no. Buñuel fue un cineasta que arriesgó ofreciendo siempre un cine personal de estética genuina y con temáticas casi siempre sugerentes.
El sexo ya estaba presente en sus primeras exploraciones cinematográficas de finales de los años 20. El perro andaluz o La edad de oro son dos películas de culto que abordan cuestiones como la sexualidad o la religión con osadía. Ciertas imágenes que aparecen en estas cintas todavía pueden ser catalogadas de provocadoras. Y eso que parece que en el siglo XXI ya no nos sobresaltamos ante nada.
Luis Buñuel nunca tuvo la libertad para ofrecer en sus películas todo lo que estaba en su cabeza. Pero la censura tuvo un efecto positivo en su cine: afinó su ironía y elegancia hasta límites pocas veces vistos en la historia del cine. Belle de jour es una de las películas más recordadas del cineasta aragonés. En ella se aproxima a diferentes cuestiones sexuales: frustración, deseo, fantasías, sadomasoquismo, lesbianismo, necrofilia, violencia… Y, por supuesto, prostitución.
Pero Belle de jour, como otras de sus películas, es una especie de regalo envenenado: un envoltorio de seda, aparentemente inocuo, que oculta un cuchillo afilado, una serpiente dispuesta a morder donde más duele (o donde más gusta…).
Catherine Deneuve interpreta a la mujer protagonista. Una joven recién casada, de procedencia burguesa y con extraños sueños eróticos cuyo matrimonio no acaba de funcionar. Un día se entera de que una conocida ejerce la prostitución. Los sueños no cesan y decide acudir al piso de una conocida madame. A partir de ahí, Severine se transforma en Belle de jour, una prostituta que solo trabaja de día. Todo ello, por supuesto, a espaldas de su marido. Destaca también el papel de cínico de un sobresaliente Michel Piccoli.
Si hoy en día se hiciera un remake de Belle de jour abundarían las tórridas escenas de sexo. En la cinta de Luis Buñuel no hay nada de eso. Pero está todo. O casi.
Muy desatada para su época, pero definitivamente una propuesta muy muy buena que me recuerda a la serie O negocio cuya temática aborda el tema de las prostitución pero desde una perspectiva muy interesante, se las recomiendo.