Hobbits, elfos, enanos y compañía todavía no han dicho la última palabra. El comienzo de siglo quedaba marcado, en lo que a cine se refiere, por el estreno de una de las trilogías más brillantes de la historia del cine. Peter Jackson se sacaba de la manga una adaptación de las míticas novelas de El Señor de los Anillos que superaban con creces las expectativas de los millones de fans de la obra de Peter Jackson. Miles de millones de dólares amasados y 17 Oscars en la maleta eran el legado de una trilogía que, hace unos años, veía como su universo se expandía con las más pobres entregas de El Hobbit.
Detrás de unas producciones excepcionales, lo que el público no estaba presenciando era una batalla por la Tierra Media mucho más cruenta que las narradas en la pantalla. Warner Bros y New Line mantenían un durísimo enfrentamiento con los herederos de J. R. R. Tolkien, ya que el hijo del escritos consideraba que se habían producido constantes abusos y excesos por parte de las compañías respecto al acuerdo firmado. Los tribunales asistían a una contienda que, tras varios años, al fin ha terminado.
Tal y como acaba de conocerse, Warner y los herederos de Tolkien habrían llegado a un acuerdo amistoso por el que la compañía habría desembolsado algunas decenas de millones de dólares, pero que desbloquea las posibilidades de continuar adaptando obras del grandísimo escritor, lo que gusta mucho a la major.
Así las cosas, nuestro regreso a la Tierra Media está más cerca que nunca.
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