SPOILERS del episodio 7×07 de “Juego de Tronos”
Se acabó lo que se daba. Tras siete episodios cargados de emoción, Juego de Tronos se despedía la pasada noche con su 80 minutos excepcionales. La serie nos deja, por última vez, a la espera de un regreso que ya será para poner punto y final. Seis capítulos para una octava temporada que resolverá la lucha contra los muertos y por el Trono de Hierro.
Durante este mes y medio que hemos disfrutado de la ficción de la HBO, la sensación de que asistíamos a otra serie no ha dejado de asaltarnos. No es que la propuesta estuviese mal, sino que costaba reconocer la esencia que había convertido a Juego de Tronos en una de las mejores producciones de la historia de la televisión. Así, los diálogos, la construcción de personajes, las traiciones y las intrigas desaparecían en pro del espectáculo. Sin embargo, todo ha cambiado en un episodio final que ha recuperado lo mejor de la serie.
El norte recuerda y nosotros lo agradecemos. Y es que la trama de Invernalia, con Sansa, Arya y Meñique como principales protagonistas ha conseguido mantener viva la llama de la serie a lo largo de siete episodios. Allí, en el gran castillo del norte, todas las señas de identidad de la serie permanecían intactas. No ha habido mucha concesión al gran público en 80 minutos capaces de ponernos los pelos de punta a base de diálogos y miradas. De hecho, hemos llegado a temer por la vida de algunos de nuestros personajes favoritos (especial mención de los sudores fríos ante lo que pudo ser el final de Jaime Lannister).
El muro ha caído y el futuro se antoja complicado. En los hombros de Danerys y Jon Nieve o, mejor dicho, Aegon Targaryen, se encuentra el peso de la defensa de Poniente. Puede que al encuentro íntimo de ambos personajes le faltase chica y que la revelación de la identidad de Jon como heredero al trono careciese de factor sorpresa, pero lo cierto es que el panorama de cara a lo que se viene apunta a un final épico.