Una de las noticias cinematográficas más gratas del año llegaba durante el pasado Festival de Cannes. El famoso certamen convocaba a Sean Baker como uno de sus más ilustres invitados. No es para menos, ya que el sensacional director llevaba unos cuantos años haciéndose un hueco en la industria a base de talento. Prince of Broadway, Starlet y Tangerine venían demostrando que había un gran director en ciernes, lo que terminaba confirmándose de forma definitiva gracias a una nueva joya titulada The Florida Project.
Una niña de 6 años y sus amigos pasan un verano llenas de aventuras alrededor de un pequeño motel, mientras sus padres y el resto de adultos que les rodean pasan unos tiempos difíciles. Inmediatamente después de leer el argumento del filme, ya te das cuenta de que Sean Baker sigue siendo el dios de las pequeñas cosas. El director vuelve a tomar una historia de ese corazón de América tan distinto a su fachada. Así, el motel en el que se desarrolla el filme se convierte en escenario ideal para acercarnos a una nueva disección de la sociedad estadounidense.
Willem Dafoe, Caleb Landry Jones, Macon Blair o Sandy Kane se convierten en los inestimables aliados de un director imprescindible para cualquier cinéfilo y que se ha ganado el respeto de la industria a base de contar cosas grandes y universales a base de pequeños momentos.