Es el 21 cumpleaños del príncipe Akeem, del reino africano de Zamunda, y debe casarse con una mujer a la que no ha visto nunca, como hizo su padre antes que él. Pero como no está de acuerdo en que le impongan la mujer con la que tiene que pasar el resto de su vida, Akeem decide viajar a Nueva York, donde nadie le conoce, y así poder buscar una chica guapa e inteligente que le ame realmente por su persona y no por su riqueza. Así, se instala en Nueva York con un amigo y, a pesar de contar con una inmensa fortuna, decide vivir muy modestamente en Queens.
Así se presentaba , en su día, El Príncipe de Zamunda, un auténtico exitazo. La película de 1988 arrasaba a lo bestia con 288 millones de dólares en la taquilla de todo el mundo, lo que podría volver a repetirse. Al menos eso es lo que espera Eddie Murphy. Y es que la secuela de El Príncipe de Zamunda se ha convertido en su gran esperanza para volver a lo más alto ¿Estamos ante una resurrección de las grandes?
Por lo pronto, lo que ya se sabe es que Jonathan Levine (50/50) será el heredero de la silla de director de un John Landis que, en esta ocasión, se mantendrá al margen del proyecto. Veremos cómo le sale la cosa al bueno de Eddie Murphy…