Ya estamos inmersos de lleno en la carrera por el Oscar. Con el final del verano llega el momento de comenzar a darle la bienvenida a las cintas que se batirán el cobre para hacerse con el premio más prestigioso de la industria del cine. Los festivales comienzan a sucederse y, pese a que todavía estamos lejos de conocer a los potenciales ganadores, el panorama se va aclarando a base de dejar en la cuneta a varios proyectos que arrancaban con serias aspiraciones de Oscar.
La primera en caer ha sido The Current War. La película centrada en Thomas Edison, George Westinghouse y la lucha entre ambos por hacerse con el mercado de generación y distribución eléctrica en la América de 1880 tenía todas las papeletas para copar candidaturas. Sin embargo, la mala recepción de la crítica y la indiferencia causada en Toronto terminaban con las aspiraciones de la cinta de Benedict Cumberbatch.
Más sorprendente ha sido el caso de Una vida a lo grande. Alexander Payne es uno de los ojitos derechos de la Academia. Sus tres últimas películas (Entre copas, Los descendientes y Nebraska) han sido candidatas al máximo galardón. Sin embargo, su última cinta ha sido recibida de una forma demasiado tibia como para pensar en que pueda repetir éxito. Veremos si su buena imagen le sirve para colar Una vida a lo grande en alguna categoría.