No solo de drama vive el cinéfilo. Parece que hay algunos géneros que desaparecen de la mente del público a la hora de hablar de grandes películas, pero lo cierto es que It Follows es una obra de terror y también brillante.
Jay, de 18 años, tiene su primer encuentro sexual con su novio en la parte trasera de un coche. Tras el hecho, aparentemente inocente, la situación se pone algo tensa cuando su novio hace que ella se desmaye. Al despertar, el joven le explica que lo hizo para ahuyentar a una serie de espíritus que lo acosan. A partir de ese momento, es Jay quien sufrirá las consecuencias de ese acoso, encontrándose sumergida en visiones y pesadillas; teniendo la sensación de que alguien o algo la observa.
Sobre esa premisa, David Robert Mitchell se marca un trabajo imprescindible de los últimos años. Talento a raudales es lo que nos encontramos en la película de un director llamado a regalarnos cine de muchos quilates en el futuro. No es solo que la idea sea de lo más atractiva o que los intérpretes estén magníficos, sino que resulta fácil hablar de la película más meticulosa de 2014. Cada plano de It Follows está perfectamente construido y dotado de una belleza solo equiparable a la sugerencia implícita. Probablemente no te haga gritar, pero seguro que te obliga a ir encogiendo las piernas y a aguantar la respiración durante gran parte de su metraje.
Porque se puede lograr que cada escena tense los músculos del cuerpo del espectador, It Follows se gana que le dediquemos unas cuantas líneas. Ahora, si todavía no has tenido el placer de cruzarte con esta gloriosa exponente del terror moderno, dedícale tu cien minutitos.