Ha sido una sorpresa de lo más desagradable. De entre las grandes citas cinematográficas que restaban para cerrar el 2017, El muñeco de nieve era una de las más destacadas. La película de Michael Fassbender y Rebeca Ferguson se convertía en la esperada adaptación de la novela de Jo Nesbø. Sin embargo, la realidad es que la película es un auténtico desastre. Un 76% de críticas negativas son buena muestra.
“El tiempo de rodaje en Noruega fue demasiado corto, no pudimos hacer toda la historia y cuando empezamos a cortar nos dimos cuenta de que faltaban muchas cosas. Es como cuando haces un enorme puzzle y te faltan algunas piezas así que no puedes ver la imagen entera. Todo fue abrupto, de repente supimos que teníamos el dinero y podíamos empezar a rodar en Londres”. Con estas palabras, el director Thomas Alfredson explicaba las razones del patinazo.
Un detective llamado Harry Hole investiga la desaparición de la madre de un niño. La única pista que se tiene es que su bufanda apareció colgada en un muñeco de nieve. Con la ayuda de un nuevo policía, Harry tendrá que conectar este nuevo caso con otros antiguos para descubrir la verdad antes de la próxima época de nieve.