Dicen los que le conocían bien que Chiquito murió de pena. Obviamente, se trata de un recurso lírico, pero lo cierto es que nunca pudo superar la pérdida de su esposa. Y es que, en el año 2012, el grandísimo humorista se despedía de Josefa García, la que había sido su amada mujer durante 62 años. Un golpe que hizo que el entrañable Chiquito de la Calzada no volviese a ser el mismo en los últimos años de su vida.
Puede que algunos todavía no se den cuenta de las dimensiones del hombre que se ha ido. Chiquito ha sido uno de los humoristas más importantes de cuantos han pisado el planeta. Puede parecer una exageración, pero la realidad es que se pueden contar con los dedos de una mano los tipos como Chiquito. Y es que alterar el lenguaje de un país y convertir frases, coletillas o chascarrillos en uso habitual de millones de personas no es ninguna tontería.
Se va Chiquito de la Calzada. Nadie ha pasado por alto el calibre de la pérdida. Millones de reacciones de todo tipo se han sucedido en reconocimiento del legado de un hombre tan grande como entrañable. Se va Chiquito, pero su “jarl”, “te da cuen”, “no puedo”, “fistro”, “pecador de la pradera” y un sin fin de risas siempre se quedarán con nosotros. Hasta luego, Lucas.