El Señor de los Anillos, Harry Potter, Crepúsculo, Los Juegos del Hambre... La lista de sagas literarias que se han convertido en grandes éxitos del cine resulta extensa, pero más lo es la de aquellas sagas que murieron en su primera entrega. Muchos son los casos de filmes que fracasaban estrepitosamente en su camino hacia el éxito, pero uno de los que hizo especial daño a millones de fans fue la esperada adaptación cinematográfica de Eragon.
Soporífera y ridícula. Tener como punto de partida una novela capaz de aguantar 87 semanas seguidas en la lista de bestsellers del New York Times no garantiza que su adaptación cinematográfica sea un éxito. Si no, que se lo pregunten a Eragon. Desde el primer minuto sabes todo lo que va a ocurrir en una película que se empeñó en seducir a todos los públicos y acabo aburriendo masivamente. De la trilogía ya nadie quería hablar. El intento de conseguir una saga a la altura de El Señor de los Anillos moría a las primeras de cambio, principalmente por una recaudación que sirvió para poco más que costear los enormes gastos de la producción.
En un mítico bosque de la región de Alagaësia, el joven granjero Eragon (Edward Speleers) descubre una preciosa y rara piedra azul. Para que su familia pueda pasar el duro invierno, el muchacho decide cambiarla por alimentos, pero descubre asombrado cómo un dragón sale de lo que parecía una piedra pero, en realidad, era un huevo.
Por algo estuvo en los más vendidos pero como los guionistas se creen más listos cambiaron la esencia del libro y de los personajes por eso fracasó, como todas las malas adaptaciones de libros
A pesar de haber sido un fraude en taquilla, considero que la adaptación no es tan terrible viéndola fuera de eso, logra el objetivo de entretener, no se torna pesada y es entretenida.