Llevamos mucho tiempo insistiendo en que el universo cinematográfico de Marvel tiene algunos puntos problemáticos. Pese al indiscutible éxito del macroproyecto de la casa de las Ideas, la realidad es que algo no termina de funcionar. Sorprende la capacidad de Marvel para coger cualquiera de sus superhéroes y convertirlo en una maravilla cargada de carisma, pero con los villanos no ocurre lo mismo.
A lo largo de los últimos tiempos estamos asistiendo a la irrupción de antagonistas que, no solo no son capaces de aumentar sus prestaciones, sino que incluso están por debajo de las mismas. Buen ejemplo de ello han sido iconos como Cráneo Rojo o el mismísimo Ultron. Parece que solo Loki eleva a los altares el arte del mal. Sin embargo, al dios del engaño parece haberle salido otro duro competidor.
Su nombre es Erik Killmonger y su trabajo en Pantera Negra es brutal. El personaje de Michael B. Jordan se come la pantalla en cada una de sus apariciones, convirtiéndose en un antagonista de esos que siempre quieres que están en pantalla. Y es que lo que consigue este tipo es increíble. Al fin nos encontramos con un personaje cargado de matices y que consigue hacer que nuestro superhéroe luzca más brillante que nunca. Grandes noticias para Marvel.