Hay determinadas decisiones que nunca dejan de sorprendernos. Pese a que pueden parecer de lo más previsibles, en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood pueden salir por cualquier lado, como ha ocurrido este año. De hecho, sería injusto apuntar a los responsables de los Oscar como los únicos “alocados”, ya que la temporada de premios ha venido convirtiendo a Déjame salir en una de las cintas más aclamas de la temporada.
No seremos nosotros los que pongamos pega alguna al sensacional filme de Jordan Peele. Déjame salir es audaz, muy interesante y tiene incontables virtudes, pero dista bastante de ser una obra maestra. Ni de lejos tiene nivel de Oscar a la Mejor Película, sobre todo cuando hemos visto quedarse por el camino obras tan poderosas como The Florida Project, Yo, Tonya, Blade Runner 2049 o incluso Logan.
Sin embargo, especialmente curioso resulta la nominación de Jordan Peele a la categoría de Mejor Director. Martin McDonagh, director de la excelsa Tres anuncios a las afueras, o Luca Guadagnino, autor de Call me by your name, se quedaban fuera con unos ejercicios de dirección brillantes. Incomprensible maniobra.
Dicho todo esto, en ningún momento vamos a negar que Déjame salir es una cinta llamativa, pero tampoco se puede negar que se trata de una obra menor en comparación a muchos de los filmes de la temporada.
A eso se llama discriminación positiva. La Academia no quería problemas y el año que viene tendremos a una directora nominada con total seguridad.