En Disney se lo tomaban como un experimento, pero resulta que Rogue One: Una historia de Star Wars terminaba por petarlo, de modo que la apuesta se redoblará en el futuro. Tras hacerse con LucasFilm, la compañía del ratón comenzaba a centrar todos sus esfuerzos en desarrollar una nueva trilogía de películas que reconciliase a los fans de Star Wars con la saga. A los episodios oficiales se añadían tres spin-off a estrenar en años alternos y centrados en historias paralelas de la galaxia, pero esos proyectos ocupaban un segundo plano. De hecho, la apuesta por Gareth Edwards para dirigir el primero de ellos demostraba el perfil alternativo de tales proyectos.
Lo que pasa es que los acontecimientos están dando un giro radical. Cierto es que Star Wars: El despertar de la Fuerza lograba sensacionales resultados en taquilla y que Los últimos Jedi le daba un auténtico meneo a la saga, pero todo apunta a que las auténticas joyas las encontraremos en los spin-off. De hecho, el primero ha gustado muchísimo en las plantas nobles de Disney, lo que les habría llevado a apostar por un director consagrado de cara a futuros proyectos, tal y como se ha visto con Ron Howard en Han Solo: Una historia de Star Wars.
Desde hace meses se viene especulando con la posibilidad de que Joss Whedon se convierta en el nuevo fichaje de Star Wars. De hecho, el director de las dos entregas de Los Vengadores era preguntado al respecto en un reciente encuentro con los medios, manifestando que estaría encantado de involucrarse en el universo Star Wars. No vamos a negar que nos encantaría ver al padre de Firefly al frente de una cinta sobre Obi-Wan y lejos de un universo DC donde no parece lucir demasiado.