Larga vida a Heisenberg. Si una serie nos ha conquistado a lo largo de los últimos años esa es Breaking Bad. Considerada por muchos como la gran ficción de la historia de la pequeña pantalla, lo cierto es que el tiempo no es capaz de apagar la llama de Walter White. De hecho, justo se cumplen diez años del comienzo de una serie legendaria.
Entre los incontables atractivos de la serie, seguro que Bryan Cranston es el principal. Su trabajo al frente de Breaking Bad debería estudiarse en las clases de interpretación. Nos es para menos, ya que el arco evolutivo de Walter White y el trabajo interpretativo de Cranston no admiten discusión. Talento le sobra a un actor que, a pesar de todo, sufrió de lo lindo en el rodaje de una escena concreta de la serie. Así lo explicaba a la revista People.
“Walter escucha cómo Jane (Krysten Ritter) empieza a toser e inmediatamente se acerca a ella, es instintivo. Pero antes de salvarla se para un momento y piensa: ‘Es una yonki. Ha enganchado a Jesse a la heroína. Lo va a matar. Es mejor si no hago nada. Pero no es más que una cría joven. Podría ser mi hija’. Y entonces vi la cara de mi propia hija en su lugar. No quería hacer eso, no lo había planeado…”
Efectivamente, el final de la segunda temporada y la cruenta escena se le atragantó a un actor tan descomunal como Cranston.