Es increíble como un borrón puede dejar marcada tu carrera para siempre. Joel Schumacher es un tipo que sabe perfectamente de lo que hablamos. El veterano director cuenta con una filmografía de esas que muchos quisieran para sí. Desgraciadamente, su nombre se asocia directamente por el gran público a Batman y Robin, una de las mayores infamias de la historia del cine moderno.
Es curioso, porque puede que no tuviese ni culpa. A Joel Schumacher se le ordeno seguir el estilo marcado por Tim Burton en la saga de Batman. Gran error por parte de Warner Bros, sobre todo teniendo en cuenta los diferentes estilos de ambos directores. Schumacher nunca se sintió cómodo en Gotham. Tenía las manos atadas.
Su nombre no entra bien entre cinéfilos, lo que no podría ser más injusto. Y es que hablamos del responsable de obras tan notables como Jóvenes Ocultos, Un día de Furia, El cliente o Tiempo de Matar. De hecho, tras el patinazo de Batman, el director todavía tuvo tiempo de filmar joyitas del calibre de Asesinato en 8 mm., Tigerland, La última llamada o Verónica Guerin. Hoy nos ha dejado y toca hacer examen de conciencia. ¿No merece todo nuestro respeto un tipo de semejante trayectoria?