Es uno de esos tipos a los que adoramos profundamente. Tras décadas en la brecha, Bruce Willis ha conseguido que millones de cinéfilos de todo el planeta sintamos una profunda admiración por su trabajo. No es para menos, ya que hablamos del protagonista de Jungla de Cristal, Pulp Fiction o El Sexto Sentido.
Nuestro querido Bruce es de esos actores con imagen de tipo duro, pero que lucen en cualquier género. Así, poco a poco, ha ido construyendo una filmografía de excepción. Envidiable trayectoria en la gran pantalla la suya. Desgraciadamente, por alguna razón que todavía desconocemos, el actor está empeñado en tirarlo todo por la borda.
Lo de los últimos años no tiene nombre. Salvo pequeñas excepciones como Looper o Moonrise Kingdom, Bruce Willis viene firmando tres o más películas al año, infames la mayoría de ellas. La realidad es que lleva una década embarcándose en filmes de Serie B y cutres a más no poder, en los cuales desempeña un rol secundario, pero que le valen para ingresar uno o dos millones de dólares por aparición. Son cintas pequeñas que utilizan gran parte de su presupuesto para contratar a Bruce Willis y que este funcione como reclamo.
Fuego Cruzado, Extraction, Vice, Los Conspiradores… La lista no deja de crecer cada año. Parece ser que la única razón para todo ello es el afán del intérprete por hacer dinero con el menor esfuerzo posible. Quienes han trabajado con él siempre han manifestado que no es un tipo de carácter fácil, pero ahora todo ello podría estar jugándole una mala pasada. Queremos recuperar ya al Bruce Willis que nos tenía enamorados. Ese Bruce Willis de Glass. John McClane no puede abandonarnos tan a la ligera