Mucha sorpresa sería que alguna película empeorase lo de Han Solo: Una historia de Star Wars. La película de Disney se presentaba como una de las grandes candidatas a convertirse en el mayor éxito del año. Y es que los precedentes apuntaban a que la cosa iba a resultar un exitazo. Nadie podía imaginar que, a estas alturas, en la compañía del ratón estuviesen haciendo cuentas para minimizar el batacazo en la medida de lo posible.
Si en sus tres primeros días en cartel la cinta recaudaba unos pobres 160 millones de dólares, los siete días siguientes no han sido mucho mejores. Otros 100 millones para una película en la que Disney se dejó 250 millones de producción y otros 200 en distribución y publicidad. Un pastizal que bajo ningún concepto llegará a compensarse.
Esta semana llega a las carteleras de todo el mundo Jurassic World: El reino caído, lo que promete ser el último clavo en la tumba del joven Han Solo. A día de hoy, en Disney se darían con un canto en los dientes si la película alcanzase los 350-400 millones. Ya solo queda esperar que las pérdidas no sean demasiadas.