Esto del cine es de lo más extraño. Muchas veces, todo se va al garete a pesar de tener los ingredientes necesarios para construir un gran éxito. Por contra, cuando todo parece apuntar al desastre, un giro del destino hace que tu proyecto resulte una de las películas más importantes de la historia del cine. Si no, que le pregunten a nuestro queridísimo Steven Spielberg.
Era el año 1974 y se estaba trabajando en una cinta titulada Tiburón. Como todos sabemos ya, la cinta no iba a convertirse en el primer blockbuster de la historia el años después. Sin embargo, todos estaban convencidos de que lo que hacían iba a convertirse en un desastre de épicas proporciones.
Aquello no funcionaba de ninguna manera. El tiburón daba más risa que miedo, el dinero se iba muy por encima de lo presupuestado y los plazos no dejaban de crecer. Para colmo, aquello se veía de lo más cutre. Y es que el tiburón mecánico no hacía más que estropearse y dar lástima. Ante esa situación, un jovencísimo Steven Spielberg decidía sentarse con parte del equipo y modificar la trama, de modo que el escualo casi no apareciese. El resultado era que el suspense se disparaba y se convertía en el elemento fundamental de cara al éxito de una película inolvidable. Ver para creer…
Es una buena película que en sus tiempos causo algo de miedo.Por mi parte “Tiburon 1 y 2 son buenas