Nota: 8,5
No lo vimos venir. Después de cinco entregas y más de dos décadas partiéndose la cara con los tipos más duros, resulta que Ethan Hunt no solo se ha metido en una nueva misión imposible, sino que esta vez es la mejor de todas. De hecho, no vamos a andarnos con rodeos: Misión Imposible: Fallout es la película de acción perfecta.
En estos tiempos, el género se ha convertido en un empalago para los sentidos. Dejando a un lado joyas como Mad Max: Furia en la carretera o John Wick, parece que el buen cine de acción quedó en los años 90. Esa es una de las razones principales de que estemos tan entusiasmados con Misión Imposible: Fallout. Hay adrenalina a lo bestia y una propuesta realmente alocada por parte de un Christopher McQuarrie que está convirtiendo una saga normalita en una auténtica maravilla.
Ya es hora también de un reconocimiento global a Tom Cruise. La entrega y el buen hacer del actor están lejos de toda duda. Para colmo, el tiempo no pasa por él. Es de esos tipos capaces de llenar la pantalla con su sola presencia. A su lado, un Henry Cavill que luce brutal en el cine de acción (¡qué encuentros entre los dos!) y una Rebecca Ferguson que cada día se nos parece más a una Ingrid Bergman moderna. Demasiados aciertos como para no caer rendidos.
Grandes escenas de acción, una puesta en escena inigualable, actores en estado de gracia y una trama que engancha. Con esos argumentos, Misión Imposible: Fallout se convierte en la sorpresa más grata de la temporada cinematográfica veraniega. Pero no solo eso, sino también en una de las grandes revelaciones de los últimos años. Parece que Tom Cruise ha decidido recuperar su estatus de gran estrella como sea y este es el camino adecuado.
Héctor Fernández Cachón