Pocas cintas han sido capaces de retratar la guerra como Salvar al Soldado Ryan. Allá por 1998, el enorme Steven Spielberg se sacaba de la manga uno de los mejores filmes de la historia. Y es que el viaje de nuestros protagonistas por en corazón de una Europa llena de ira y fuego no tiene comparación.
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas.
Buena parte del éxito del filme era consecuencia del buen hacer de sus protagonistas. De hecho, En uno de los momentos más famosos de la cinta de Steven Spielberg, los personajes de Tom Hanks y Matt Damon se sientan a intercambiar historias de sus hogares. Ambos actores hacen gala de su inmenso talento interpretativo improvisando la larga secuencia gloriosa. Si no, atentos.