Es una de las mejores cintas de la historia del cine. Allá por el año 1998, Steven Spielberg nos devolvía a la Segunda Guerra Mundial para firmar otra obra maestra. Después de La Lista de Schindler llegaba Salvar al soldado Ryan, un clásico moderno del séptimo arte.
Efectivamente, casi cualquier cosa que podamos decir de Salvar al soldado Ryan está de sobra. El bueno de Spielberg se salía a lo bestia en un filme comandado por Tom Hanks y que nos mostraba el lado más crudo de la guerra. Acompañado de un pequeño grupo de soldados, la misión del capitán Miller no es otra que la de encontrar y poner a salvo al joven soldado James Ryan después de que todos sus hermanos muriesen en acto de servicio. Un soldado en paradero desconocido en cuyo rescate acudían un puñado se sensacionales actores, incluido un joven Vin Diesel.
Hoy es una famosa estrella de cine y, después de Fast & Furious, todo resultaba una sucesión de éxitos. Sin embargo, nadie conocía su rostro cuando Spielberg decidió apostar por él para dar vida al soldado Caparzo. Una golosina de papel, ya que el intérprete era el primero en caer, pero con una secuencia gloriosa. Una oportunidad de lucir músculo como tipo duro, pero también sensibilidad y talento dramático. ¡Grande Vin!