Se nos ha quedado cara de bobos. Después de una larga espera de casi tres años, finalmente este fin de semana llegaba a nuestras carteleras Predator, la cinta llamada a devolver el honor a una de las criaturas más emblemáticas de la historia del cine. De hecho, todos estábamos preparados para pasarlo a lo grande con un filme que, sin embargo, se ha revelado como una decepción mayúscula.
No es que Predator sea horrorosa o que la película no valga ni para tirar a la basura. De hecho, estamos ante un filme entretenido. el problema es que teníamos una barbaridad de expectativas depositadas en un filme que, desgraciadamente, ha quedado muy lejos de ser lo que esperábamos. Absolutamente nada aporta a la saga una película que,además, es lo peor que ha hecho Shane Black. El actor de la cinta original era el tipo en el que habíamos depositado todas nuestras esperanzas, ya que asumía la dirección tras maravillas como Iron Man 3 o Dos buenos tipos. Desgraciadamente, no ha podido ser.
Así, Predator ofrece casi dos horas con algunos momentos divertidos, pero ahí termina el balance positivo de una nueva cinta que nada aportará a la historia de la temible criatura.