Este tipo es, sin lugar a dudas, uno de los elementos más extraños de la industria del cine. Gana Oscars, se convierte en estrella, muta en icono de acción, se hunde, vuelve a aspirar al Oscar, hace una docena de películas infames, nos regala dos obras maestras, muta en carne de meme y mofas…. así podríamos seguir todo el día. Y es que la carrera de Nicolas Cage es bastante difícil de comprender. Lo es hasta tal punto que incluso es capaz de, en el peor momento de su trayectoria, firmar lo que la crítica considera su mejor película.
Efectivamente, mucho se venía hablando del nivelazo de Mandy, peliculón en el que Nicolas Cage recupera su mejor versión. Sin embargo, lo que no sospechábamos es que la cinta podía convertirse en la mejor de la carrera del actor. Con un impresionante 93% de críticas positivas, Mandy pasa directamente a convertirse en filme imprescindible en la trayectoria de Cage. No lo vimos venir…
¿De qué va Mandy? Red (Nicholas Cage) es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy (Andrea Riseborough). Un día, mientras da un paseo abstraída en una de las novelas de fantasía que suele leer a diario, Mandy se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan y, en el proceso, hacen añicos la vida de Red. Decidido a vengarse y equipado con toda clase de artilugios, pone en marcha una matanza que deja cuerpos, sangre y vísceras allá por donde pasa.