La tendencia se ha convertido en una auténtica preocupación. Si escuchamos que una película ha recaudado más de 605 millones, lo normal es que pensemos que se trata de un exitazo descomunal. Era es la cifra amasada por Transformers: El último caballero . Y es que la última cinta de Michael Bay suponía una decepción más que importante, ya que el colofón final antes de abrir nueva etapa prometía ser glorioso
¿Cuál era el problema de Transformers: El último caballero? La realidad es que la cinta hacía la peor taquilla de toda la saga y casi la mitad de recaudación que su anterior entrega. Si a eso le añadimos el hecho de que se trata de la cinta más cara de todas, los problemas se multiplican. Limitándonos sólo a producción, la película se gastaba la friolera de 220 millones de dólares. A eso había que añadirle otros 115 en distribución y publicidad, lo que se traduce en una cifra muy cercana a los 350 millones de gastos directos. Además, en Paramount se esperaba volver a superar los 1.000 millones de dólares, por lo que la decepción era mayúscula.
Michael Bay parece haber perdido cualquier tipo de capacidad de sorpresa. Los Transformers han perdido su gracia a base de repetir la fórmula, por lo que en Paramount se empezaba a debatir sobre la conveniencia de continuar con la saga. La conclusión parece haber llegado ya: Bumblebee será la última oportunidad para ver si hay esperanzas de futuro. En caso de que el spin-off consiga buenos resultados a partir del próximo 28 de diciembre, los planes de continuar con Transformers volverían a la mesa. De lo contrario, ya podemos olvidarnos de la famosa saga.