A pesar de que ha vivido una etapa un poco complicada y de películas flojillas, lo cierto es que nadie duda de Will Smith. El tipo es un auténtico actorazo y el público lo adora. No es de extrañar, ya que desde que el mundo conociese a este fenómeno gracias a la serie de El príncipe de Bel-Air, nunca ha dejado de mostrarle su cariño. Will es uno de los más grandes y cotizados, pero hubo un tiempo en el que las cosas se pusieron realmente feas para él.
Tenemos que viajar a principios de los 90. Por aquel entonces, Will Smith era un rapero con poco más de 20 años. Pese a que no supiésemos de su existencia por estos lares, lo cierto es que en Estados Unidos ya gozaba de una importante popularidad. El problema es que Will y su compañero artísitico DJ Jazzy Jeff olvidaron pagar sus impuestos durante un buen tiempo. ¿El resultado? Una deuda de 2,8 millones de dólares. Will Smith estaba en serios problemas.
Así, la llamada para hacer una serie llamada El príncipe de Bel-Air resultaría una bendición. La ficción servía para que Will Smith pudiese cubrir su deuda con el Servicio de Impuestos. De hecho, el 70% de su sueldo durante las tres primeras temporadas de la serie era confiscado directamente por la administración. Un mal menor teniendo en cuenta la difícil situación que atravesaba.