Ni el inconmensurable talento de Javier Bardem y Penélope Cruz ha sido suficiente. A lo largo de los últimos tiempos, la figura de Pablo Escobar ha ido adquiriendo un carácter de leyenda bastante curioso. De hecho, múltiples películas, documentales y, especialmente, la serie Narcos, servían para ayudarnos a descubrir los pasajes más relevantes (y los menos) de la vida del narcotraficante más famoso de la historia.
Así las cosas, la idea de Fernando León de Aranoa de volver a visitar al “Patrón” no se antojaba demasiado atractiva. Sobresaturados de Pablo Escobar, poco interés tenía el filme ya sobre el papel. Si a eso le añadimos el escaso interés por profundizar o ir más allá de lo visto hasta el momento, el resultado no podía ser otro que una cinta poco relevante. Nunca un desastre.
Sea como fuere, lo que está claro es que Loving Pablo tampoco ha entrado nada bien en Estados Unidos. Meses después de patinar en nuestro país, el filme aterrizaba en suelo americano con la intención de lograr unos datos interesantes, pero lo cierto es que la prensa especializada ha sido inmisericorde. Un 75% de críticas negativas se convertía en un lastre excesivo para un filme que pocas alegrías ha dado. Una auténtica lástima.