Volvemos a darnos un paseo por los universos alternativos del cine. Un camino que hoy nos lleva a una de las cintas más brillantes y aclamadas de los últimos años: Drive.
Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon (Brian Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver cambia el día en que conoce a Irene (Carey Mulligan), una guapa vecina que tiene un hijo pequeño y a su marido en la cárcel.
Con Ryan Gosling al frente, Nicolas Winding Refn como director y un estilo arrebatador, Drive se convertía en una de las grandes cintas de 2011. Un proyecto que, durante mucho tiempo, tuvo a Hugh Jackman como protagonista. Y es que el actor australiano ya estaba a bordo de la adaptación de la novela de James Sallis, con Neil Marshall como director.
Sin embargo, la agenda de Jackman es de esas demasiado apretadas. Así, el actor se veía obligado a abandonar el proyecto en favor de un Ryan Gosling que se marcaba un trabajo brutal. Poco después, el director abandonaba también la película y dejaba a Nicolas Winding Refn al frente.