Las expectativas eran elevadas. Después de las ocho entregas de la saga Harry Potter, la llegada a las salas de Animales fantásticos y dónde encontrarlos llegaba a nuestras salas en 2016 ante la mirada aviesa de millones de fans del joven mago. Por aquel entonces, todos nos llevábamos una grata sorpresa ante el encanto desmedido de un filme que nos llevaba por caminos inexplorados del mundo mágico.
La nueva entrega había despertado enorme expectación. Animales fantásticos: Los crímenes de Grindewald era el filme que tenía que confirmar la continuidad de esa nueva y encantadora saga, pero nada más lejos de la realidad. Todo se ha tratado de oscurecer con la llegada de un villano cruel a más no poder. El tono es radicalmente oscuro y todo nos suena a canción ya escuchada. Grindewald es como Voldemort, pero con la mitad de carisma y el doble de nariz. Todo se ha enfangado innecesariamente, Newt es un tipo para otro tipo de historias.
A malas, si la oscuridad funcionase podríamos comprar la propuesta, pero es que poco o nada nos interesa de lo que nos cuenta el filme. Para colmo, el caos narrativo es de épicas proporciones. Todo es farragoso y caótico. Mágico o no, todo mundo a de tener unas reglas del juego. Algo que estaba claro en todas las cintas del universo Harry Potter y que aquí desprecian por completo.
Así las cosas, Animales fantásticos: Los crímenes de Grindewald resulta una enorme decepción. Es, sin lugar a dudas, la peor película del universo Harry Potter.
Muy buenas. Un cosita, el verbo «haber» se eacribe con «h», así la expresión «ha de tener» no se puede escribir «a de tener» porque daña los ojos. El problema ha pasado de ser de léxico (esos epitetos usados hasta la náusea, no hay actor o director que no sea “genial”) y de redacción(comenzar el 95% de las.enrradas con una frase corta del tipo “no lo vimos venir” o “Había mucha expectación” cansa un poco) a ser de ortografía. Tienes talento y ganas, cúrratelo más.