El séptimo arte no sería lo mismo si él no existiese. Sesenta años componiendo piezas musicales para cine y el resultado es este. John Williams es, seguramente el compositor más importante de todos los tiempos en lo que a bandas sonoras se refiere. En su haber se encuentran temas que, no solo son míticos, sino que han marcado nuestras vidas. Cualquiera de nosotros podría tararear sin dificultad más de media docena de sus obras. Con casi cien trabajos a sus espaldas, 50 nominaciones a los Oscar (han oído bien) y cinco Premios de la Academia, su música ha logrado traspasar la gran pantalla para convertirse en parte imprescindible de la cultura popular.
“Tiburón”, “E.T.”, “Superman”, “Indiana Jones”… Podríamos pasarnos todo el día recordando bandas sonoras inolvidables salidas de la mente del maestro, pero lo cierto es que la de “Star Wars” podría llevarse el título de ser la más emblemática.
Pues bien, si hasta ahora considerábamos que John Williams era un gran compositor, ahora también sabemos que es un gran tipo. Si no, que le pregunten a Bryce Hayashi y Michael Miller. Ambos adolescentes decidían plantarse frente a la casa del maestro para interpretar, con trompeta y fliscorno, la mítica melodía de “Star Wars”. Lo que no se esperaban es que, al finalizar, el mismísimo John Williams saliese de su vivienda para felicitarlos en persona. Todo un detalle ante unos fans que no salían de su asombro.