Ha sido un camino lleno de sufrimiento. La saga Transformers se encontraba en un momento crítico. Después de la horripilante Transformers: El último caballero, la sensación era la de que la cosa había llegado al final. Sin embargo, los responsables de las cintas no perdían la esperanza. Bumblebee, primer spin-off, era la muestra de ello.
El encantador Autobot amarillo se plantaba en escena ante las miradas expectantes de incontables cinéfilos y lo cierto es que el resultado creativo invitaba al optimismo. La cinta era la mejor de toda la saga, derrochando encanto ochentero. Desgraciadamente, su estreno en salas no estaba a la altura de lo merecido. El filme se metía en serios problemas. Bumblebee había hecho la parte más complicada del trabajo, que era la de recuperar la calidad de la saga. La pena es que el público no respondía.
Una inversión de 135 millones y otros 100 en publicidad y distribución. Las alarmas saltaban, pero por suerte aparecía el mercado chino para poner un poco de cordura en el asunto. Con casi 120 millones recaudados en el país asiático, los preocupantes 290 millones que la película había recaudado se convertían en unos ya decentes 410. Alivio en Paramount.
Yo pienso que la última película fue muy buena y espero con ansias ver a bumblebee