Venía precedida por una enorme expectación y ha terminado estando a la altura de lo esperado. Después de firmar ese fenómeno mundial llamado La casa de papel, el creador de la misma volvía a escena. Álex Pina presentaba en Movistar+ El embarcadero, un drama cargado de intriga que debutaba ante unos espectadores que no han tardado en entregarse a los brazos de la sensacional propuesta.
La joven arquitecta Alejandra (Verónica Sánchez) acaba de ganar junto a su socia (Marta Milans) la obra de un rascacielos millonario. Llama a su marido, Óscar (Álvaro Morte), para contárselo; él está en Frankfurt. Horas después, un guardia civil le dice que han encontrado el coche de su marido hundido en L’Albufera… con él dentro. ¿Se ha suicidado? ¿Estaba en Frankfurt? Entre sus pertenencias, un segundo móvil que escondía su segunda vida con otra mujer, Verónica (Irene Arcos)…
¿Qué ha ocurrido? Pues que El embarcadero es de esas series llamadas a ser consumidas de forma compulsiva. De forma audaz y sin permitir que el interés decaiga ni un instante, la serie consigue atraparnos en una espiral de preguntas y emociones que nos sobrepasa. Sensacional puesta en escena y adictivo argumento para una serie que vuelve a poner de manifiesto que la edad de oro de las ficciones televisivas se ha instalado definitivamente en nuestro país.