Extraño lo que está ocurriendo. Cuando Jason Reitman anunció el desarrollo de Cazafantasmas 3, muchos eran los flancos por los que el proyecto podía ser atacado por parte del público, pero lo que nadie esperaba era la polémica “machista” que se ha desatado.
“So insulting. Like fuck us. We dint count. It’s like something trump would do. (Trump voice)”Gonna redo ghostbusteeeeers, better with men, will be huge. Those women ain’t ghostbusteeeeers” ugh so annoying. Such a dick move. And I don’t give fuck I’m saying something!!” (Es tan insultante. Como que nos jodan. Es el tipo de cosa que Trump haría (voz de Trump) “Voy a rehacer Cafafantasmaaaas, mejor con hombre, será genial. Esas mujeres no son Cazafantasmas. Uf, qué molesto. Es un plan tan machote. ¡ Y no me importa una mierda, estoy diciendo lo que pienso!”.
Con estas palabras, la actriz Leslie Jones habría la caja de los truenos. Una de las actrices del reboot femenino de Cazafantasmas disparaba duramente contra Cazafantasmas 3, pero… ¿Es un proyecto machista?
A día de hoy parece mucho más sensato pensar que el hecho de que se aborde una nueva cinta responda al fracaso económico y creativo de la versión femenina. De no haber sido as, seguro que la nueva etapa iniciada por el reboot habría dado para varias entregas. Además, la idea de recuperar a los protagonistas originales siempre ha sido un viejo anhelo de todos. Y es que, vistas las inaceptables desigualdades de género en Hollywood, casi se antoja como una frivolidad inaceptable utilizar tan a la ligera el término “machista”.
El profesor me tiene manía y la culpa es de los árbitros, siempre habrá quien quiera culpar a otros y justificar tontamente su falta de éxito.
Al mismo tiempo, viendo la calidad interpretativa y currículum de la protagonista de… semejante ida de olla, se podría interpretar como un intento desesperado de llamar la atención, o de la frustración generada por el fracaso de la cinta.
Machista sería que la nueva película (cuyo motivo es sacar pasta a costa de la nostalgia, y no otro) presentara una secretaria igual de tonta que el personaje masculino incluido en la versión que fracasó; o tal vez no, ya que el hombre fuera el tonto del grupo en su película no pareció molestarle lo más mínimo… Da que pensar, le hace perder credibilidad y hace un flaco favor al feminismo.