La indignación se está extendiendo como la pólvora Desde que se hiciese efectiva la bajada del IVA cultural, pasando este del 21 al 10%, los precios de las entradas de cine comenzaban a observarse con lupa. Y es que, después de años de legítimas reivindicaciones y exigiendo una bajada del impuesto, era el momento de comprobar si la misma repercutía en los bolsillos de los espectadores como ocurriese con la subida en su día. Algo que parece haber quedado lejos de producirse.
Efectivamente, hace unos años nos encontrábamos con subidas en el precio de las entradas de entre 0,50 y 1 euro. Sustancial aumento que no ha tenido su correspondiente rebaja. Los datos del Instituto de Cinematografía y de las Artes Visuales (ICAA) de 2018 dejaban claro que el precio medio de las entradas en 2018 fue de 5,89 euros. Cierto es que la bajada del IVA no se aplicó hasta que no se hicieron efectivos los presupuestos generales del estado, pero solo fueron los primeros meses del pasado año. Así, resulta bochornosa la comparación con un 2017 en el que el coste medio de las entradas era de 5,94 euros, solo 0.05 euros más.
Así las cosas, queda claro que los cines no han aplicado el descuento esperado, deseado, reclamado y justo después de la bajada del IVA. Una auténtica vergüenza.