En un futuro posnuclear, Max Rockatansky, un policía encargado de la vigilancia de una autopista, tendrá que vérselas con unos criminales que actúan como vándalos, sembrando el pánico por las carreteras. Cuando, durante una persecución, Max acaba con Nightrider, el líder del violento grupo, el resto de la banda jura vengar su muerte.
Efectivamente, Mad Max es de esas sagas que no encantan. Cualquiera de las entregas resulta de lo más disfrutable, a pesar de patinazos como este que hoy os traemos.
Si alguien pensó que se iba a pasar por alto el escudo colocado para no dañar el camión, estaba loco. La chapuza es de épicas proporciones. Y es que los responsables del filme decidieron proteger el vehículo colocándole un escudo pintarrajeado. Cutre a mas no poder.