Nota: 7,5
Lo de la ciencia-ficción son arenas movedizas. En estos tiempos en los cualquier cosa que sueñes puedes convertirla en realidad, muchos son los que se atreven con proyectos del género realmente ambiciosos. Grandes inversiones para historias pírricas que suelen darse batacazos notables. Ghost in the Shell, Valerian… Hemos visto muchas veces esos empalagos para los sentidos que nos causan indiferencia. Pudiese parecer que Alita: Ángel de combate va en la misma linea, pero nada más lejos de la realidad.
No sabemos si la película de Robert Rodríguez llenará las salas, pero lo que sí esta claro es que es un filme realmente interesante. La adaptación del anime creado por Yukito Kishiro resulta una experiencia más que satisfactoria. A pesar de las malas vibraciones emitidas por un proyecto retrasado infinidad de ocasiones, la realidad es que Alita: Ángel de combate es un hermoso, trepidante y encantador paseo de un par de horas.
Pocas cintas tan atractivas en lo visual habíamos visto. Poco tardamos en entrar en las reglas del juego de un mundo tan impresionante. Dicho esto, cualquiera podría pensar que Alita: Ángel de combate es una de esas películas en las que se pierde el fondo en favor de la forma. Gran error sería, dado que el logro más importante de la cinta es la capacidad para convertir piel en metal y metal en piel.
Puede ser que el sabor de boca que nos dejan los últimos minutos de Alita: Ángel de combate no esté a la altura de la maravilla que habíamos paladeado antes. Algo se escurre entre los dedos, pero no lo suficiente como para evitar que estemos ante una de las más audaces cintas de ciencia-ficción de los últimos tiempos.