Vuelve el maestro. Podrá gustar más o menos, pero lo que nadie puede negar es que el talento de Pedro Almodóvar es infinito. El director manchego es de esos tipos con un lenguaje propio mundialmente reconocido, de ahí que su nueva película haya conseguido despertar el habitual interés.
Dolor y Gloria narra una serie de reencuentros de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, otros recordados: su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia en busca de prosperidad, el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de narrarlo, y en esa necesidad, encuentra también su salvación.
Antonio Banderas, Penélope Cruz, Asier Etxeandía, Raúl Arévalo, Leonardo Sbraglia, Nora Navas, Julieta Serrano… Efectivamente, el reparto es una auténtica barbaridad. Hasta Rosalía, ese fenómeno incomparable de la música, hace su debut ante las cámaras en una película que llegará a nuestras salas el próximo 22 de marzo y que luce así de imponente en su tráiler final.