Mucho se habla de que no hay peor adaptación de un videojuego a la gran pantalla que Super Mario Bros., pero eso es porque la gente se ha olvidado de Street Fighter. En el año 1994, Jean-Claude Van Damme pretendía elevar su figura de estrella de acción a los altares con una superproducción llamada a arrasar taquillas. El hecho de adaptar uno de los videojuegos más populares del mundo y con mayor número de personajes emblemáticos parecía ser idóneo de cara a petarlo, pero nada más lejos de la realidad.
Raúl Juliá, Kylie Minogue... Aquello fue una escabechina. Las reputaciones de todos los que se dejaban caer por el proyecto quedaban seriamente dañadas. De hecho, nuestro queridísimo y recordado Raúl Juliá fallecía al poco de terminar la filmación a consecuencia de un accidente cerebrovascular. Nunca llegó a ver el filme terminado, pero seguro que habría sufrido una tremenda decepción, ya que aquello fue una auténtica infamia cinematográfica.
Lo que nunca llegamos a sospechar es que Street Fighter pudiese revalorizarse a lo bestia con un pequeño detalle: El blanco y negro. Efectivamente, unos fans decidían apostar por esta película con el filtro en cuestión y el resultado no podía ser más llamativo. Los planos de la película se vuelven magistrales de repente. Atentos, porque esto es una auténtica locura.