Hay lugares con una mística especial. El imaginario colectivo, las historias o la ficción han contribuido a crearlos. Eso sí, algunos como la cárcel de Alcatraz tenían todos los ingredientes para adquirir tal estatus desde su origen mismo. ¿Un centro penitenciario de máxima seguridad situado en una pequeña isla frente a la costa de San Francisco? Difícil molar más. Complicado imaginar un lugar más apto para la creación de grandes historias.
No fueron ni treinta los años en los que Alcatraz funcionó como Prisión Federal. Sin embargo, ese tiempo entre 1934 y 1963 dio para que a muchos de los grandes nombres de la historia del cine les picase el gusanillo de irse a rodar al lugar o para imaginar sensacionales historias que situar allá. Un lugar convertido hoy en un impresionante museo visitado por centenares de miles de turistas al año. Y es que pocos destinos hay más interesantes para cualquier cinéfilo que caminar por donde el maestro Clint Eastwood lo hacía a las órdenes de Don Siegel. De hecho, os recomendamos encarecidamente que os deis ese capricho que nos concede Musement. Alégrate el día…
De “Fuga de Alcatraz” a “La Roca”
Dos títulos se vienen al instante a la mente de cualquier cinéfilo. Un par de obras separadas por casi dos décadas, pero con un rasgo común: son películas que mil veces pues des ver y mil veces disfrutar. Con el permiso de Cadena Perpetua, la Fuga de Alcatraz de Clint Eastwood (Don Siegel, 1979) es la más brillante cinta carcelaria de la historia. Un filme centrado en la figura de Frank Morris, el tipo que consiguió escapar de Alcatraz y del que nunca más se supo nada. Hay quien dice que se ahogó, pero siempre es más sugerente pensar que Morris logró el imposible.
Dejando a un lado las infinitas virtudes cinematográficas de una obra excelsa, la realidad es que nunca un filme nos mostró Alcatraz de forma más afinada. Rodada íntegramente en la prisión, se rehabilitó el lugar para que luciese como en sus mejores días. De hecho, incluso se llevó cableado submarino que permitiese recuperar la corriente eléctrica en la isla. Un minucioso trabajo que todavía hoy se conserva.. Brutal reconstrucción que encontraría en La Roca (Michael Bay, 1996) una digna sucesora.
16 misiles situados en la isla de Alcatraz por un militar (Ed Harris) que exige que se indemnice a las familias de soldados muertos en misiones secretas. Si no se atienden las peticiones, San Francisco se expondrá a una masacre. La cosa ya pintaría fina así, pero si encima mandamos a evitar el desastre a Nicolas Cage y a Sean Connery, el resultado no podía ser otro que un filme trepidante hasta decir basta.
El Hombre de Alcatraz, Homicidio en primer grado, A quemarropa… Pocas veces tenemos la oportunidad de visitar un “decorado” cinematográfico tan emblemático. Así es hoy Alcatraz, pero no deberíais dejar pasar la oportunidad de peregrinar en persona de un lugar sagrado para todo buen cinéfilo.