Hubo un tiempo en el que Shia Labeouf apuntaba a convertirse en una de las grandes estrellas del cine moderno. El chico tenía carisma a raudales y buenas dotes interpretativas. Poco podíamos imaginar que detrás de esa cara de niño bueno se escondía un carácter endiablado y capaz de llevarse todo por delante.
A pesar de los constantes escándalos en los que se ha visto envuelto fuera y dentro de rodajes, la realidad es que Shia Labeouf considera que el gran error de su carrera fue la elección de un papel. Con todas las que ha liado, el intérprete piensa que el mayor de los problemas fue de carácter creativo. Concretamente, en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal.
Vale que la cuarta entrega de las aventuras de Indi no es ninguna maravilla, pero el bueno de Shia es bastante duro consigo mismo. De hecho considera que él fue el problema de la película: “Siento que he fallado a un legado querido y apoyado por mucha gente. Te encuentras con que tienes que balancearte como un mono, etc… y puedes culpar al guionista, o puedes culpar a Steven Spielberg, pero el trabajo de un actor consiste en hacer que eso cobre vida y funcione, y no lo logré. Así que es mi culpa.”