18. Thor (2011): Pese a que el Dios del Trueno mola un mundo, su andadura en solitario ha tenido más problemas que otra cosa. La segunda entrega resultaba realmente floja, pero la primera tampoco iba mucho más allá. Los actores y el trabajo estético salvan a una película en la que alguien parece haberse olvidado de desarrollar una historia con algún tipo de interés.
17. Vengadores: La era de Ultron (2015): Ruido y más ruido. En Marvel querían que la segunda reunión de superhéroes fuese todavía más grande que la primera. En pro de esa idea se buscó un espectáculo mayor, en vez de una cinta más solida. ¿El resultado? Pues un villano decente que pone en jaque a nuestros personajes atacando… ¿Neva York? ¿París? ¿Londres? ¿Albacete? No. Sokovia. Al menos hay algunas buenas escenas de acción y un rollete interesante de Viuda Negra con Hulk.
16. Capitán América: El primer Vengador (2011): Si no hilas muy fino, la construcción de los orígenes de un personaje puede volverse algo tan farragoso como lo que ocurre con los de Steve Rogers. Un peaje elevado, pero que al menos sirve como preámbulo de un entretenido filme de espíritu bélico y con un villano finísimo. Además, las dimensiones del Capi se entienden perfectamente en una película que va de menos a más. Plana, pero con encanto.