No se está hablando lo suficiente de Killing Eve. Hace un año, cuando su primera temporada llegaba a nuestros hogares, caíamos rendidos ante la apabullante ficción. Y es que, si alguna vez se ha construido una pareja de protagonistas más atractiva que la formada por Veillenelle y la propia Eve, nosotros no lo recordamos.
Estamos transitando ya por la segunda tanda de episodios de la serie y cada vez tenemos mas claro que es de lo mejor que le ha ocurrido al mundo de la ficción televisiva en mucho tiempo. El cuidado a la construcción de las dos protagonistas, su infinito atractivo y un poder de seducción fuera de lo normal siguen siendo el principal atractivo, pero no hay personaje que se deje pasar por la serie y que no esté enormemente cuidado. Para colmo, las dosis de tensión y suspense son la guinda para una apuesta brutal.
Humor negrísimo. Sin esa extravagante maldad, Killing Eve no sería lo mismo. Imposible reprimir las carcajadas ante los extravagantes y salvajes comportamientos de la que ya se ha convertido en una de las parejas televisivas más interesantes en mucho tiempo. La segunda temporada de Killing Eve mola incluso más la primera, lo que no es poco decir.