No deja de sorprendernos la capacidad de Netflix para crear series adictivas. En estos tiempos en los que las ficciones televisivas proliferan como setas, la plataforma de streaming no deja de lanzar producciones de los más atractivas. Se cuentan por docenas sus éxitos cada año y en este 2019, Bonding está llamada a ocupar un lugar de honor.
Una universitaria neoyorquina que trabaja como dominatrix contrata de asistente a su mejor amigo gay del instituto. Con ese argumento se presentaba hace días Bonding. La parrilla de Netflix daba la bienvenida a una apuesta de lo más curiosa, ya que la ficción consta de siete episodios de 16 minutos de duración, lo que se antoja un pretexto ideal para marcarnos un maratón de esos que tanto nos gustan.
Por lo pronto, la crítica está encantada con una serie que ya ha empezado a petarlo. Y es que Bonding vuelve a darle una alegría a Netflix.