Corría el año 2001. Por aquel entonces, la animación digital empezaba a despuntar. era el momento de explorar nuevos horizontes y Final Fantasy era el ambicioso proyecto que debía ponerlo todo patas arriba. La brillante saga de videojuegos debía ofrecer la base a una cinta que, sin embargo, fallaba por todas partes.
Corre el año 2070 y la tierra ha sido devastada por una invasión alienígena. En los ojos de una joven se refleja tristeza y desolación, mientras mira fijamente a la desértica tierra a su alrededor, y la luz del sol, demasiado brillante, le dificulta la visión. Está sola, entre nubes de polvo, en un amenazador mundo de extraterrestres y sus ojos revelan un conflicto interno. Times Square se desmorona en la oscuridad, quemado casi hasta desaparecer, pero en alguna parte grandes ejércitos retienen al ejército extraterrestre. Mientras la muerte acecha entre las sombras, ella busca el milagro, creyendo en que los valores humanos como el valor, la dedicación y el amor podrán finalmente salvar al planeta Tierra…
Efectivamente, los fans Final Fantasy pronto se daban cuenta de que poco o nada de la esencia de los videojuegos se encontraba en el filme. El patinazo era descomunal y la decepción, mayúscula.
A día de hoy, lo cierto es que se nos antoja imprescindible que alguien se lance con la adaptación a imagen real de Final Fantasy. Las historias de los videojuegos son brutales. Con semejante material de partida y con un panorama en el que el cine basado en videojuegos parece empezar a repuntar, una cinta basada en Final Fantasy VII o Final Fantasy IX podría ser gloriosa. A ver si alguien se anima.