Larga vida a Heisenberg. Si una serie nos ha conquistado a lo largo de los últimos años esa es Breaking Bad. Considerada por muchos como la gran ficción de la historia de la pequeña pantalla, lo cierto es que el tiempo no es capaz de apagar la llama de Walter White. De hecho, justo se cumplen diez años del comienzo de una serie legendaria.
Entre los incontables atractivos de la serie, seguro que Bryan Cranston es el principal. Su trabajo al frente de Breaking Bad debería estudiarse en las clases de interpretación. Nos es para menos, ya que el arco evolutivo de Walter White y el trabajo interpretativo de Cranston no admiten discusión. Un camino que se cerraba con la quinta y última temporada de la serie.
El éxito era descomunal, pero estaban decididos a terminarla. Eso sí, los creadores de la serie duraron realmente si debían seguir o no. ¿La razón? Pues una de las propuestas más suculentas jamás planteadas. Jeffrey Katzenberg, pez gordo de Dreamworks y Disney, puso sobre la mesa la friolera de 75 millones de dólares por el desarrollo de tres nuevos episodios. A esas alturas, los responsables de la serie ya habían rodado la quinta temporada y tenían el final que deseaban. Sin embargo, ellos trabajaban con unos 3 millones de dólares por temporada, de ahí que la cantidad les hiciese dudar.
Finalmente, los responsables de Breaking Bad decidían continuar con el plan, ya que solo faltaban unos meses para el lanzamiento de la última temporada de la serie, aguantando como unos espartanos.
Ojalá que la serie de breaking nada siga, aunque admito que sería diferente si no estaría el personaje de Walter White…